viernes, 28 de julio de 2017

28 de Julio 207

Incapaz de recordar su cara, su sonrisa. 
Incapaz de recordar el color de sus ojos, o de su pelo. 
Incapaz incluso de recordar su voz. 
La oscuridad me brindaba la oportunidad de tan sólo sentir, tocar, y con ello, no poder revivir aquel momento. 
Su tacto, la suavidad de su pelo, su delicadeza. O tal vez su tenacidad, su autocontrol. 
Todo en frío, sin preludio. 
Y siento que me quedaron tantas cosas por decir, hacer y vivir. 
Y siento un vacío tan intenso al recordar lo efímero de aquello. Pienso, analizo sus palabras, sus gestos. 
Y puede que todo se quede en eso, en el suma y sigue de su cajón de recuerdos. O tal vez no. 
Son incógnitas con las que hemos de vivir, y sólo puedo resignarme ante cosa tan absurda.