martes, 12 de julio de 2016

12 de julio 2016

Estas cosas llegan, pasan sin motivo, sin previo aviso… Pero tú, tú has llegado para quedarte. Lo hiciste a lo grande, tal y como eres, como una apisonadora que destroza todo a su paso, pero en este caso no destruiste… sino construiste cada pedazo de mí, todos y cada uno de los trozos que el tiempo había desquebrajado, agrietado, despegado de mí…
Llegas fuerte, con ganas de hacerme reír, con ganas de comerte al mundo y de comerme a mí, y no sabes lo que me encanta. Ni siquiera te vi llegar, y eso que destacas entre todos los demás, pero no, no fue en mi caso. Apareciste de la nada para convertirte en mi todo, en mi fundamental.
Los estereotipos están sobrevalorados, las medias naranjas, las personas que se supone que deben estar juntas por su semejanza física o intelectual… Pamplinas. Las mentes, tu mente… Eso es lo que importa, eso es lo que me enamora. Que cuanto más grande seas mejor, pues más grande es tu corazón, mejores tus abrazos.
Todo ha llegado poco a poco, a su debido tiempo, nuestro río ha ido fluyendo por los canales de la vida, sin pausa pero sin prisa. Y es así como queremos que siga, y es así como seguirá.

Y que lo único de lo que me contagie en este mundo, sea de tu risa. 

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